lunes, 28 de septiembre de 2009

LA GESTION DEL RIESGO Y UN PLANETA EN CONFLICTO, con el experto Miguel Palma

Hoy mucho se habla y se escribe de la gestión de riesgo, pero este es un concepto que no está bien comprendido dentro de los ámbitos de esta competencia; mucha gente cree erróneamente que la amenaza por la vulnerabilidad de una comunidad expuesta, es igual al riesgo y en función de esto creen que ya manejan criterios de la gestión del riesgo, dijo el experto argentino Miguel Palma, ex asesor de la NASA, consultor internacional del Banco Mundial en reducción de la vulnerabilidad en el planeta y de una cultura de prevención. El técnico inició el sábado 26 de septiembre del 2009 el curso de perfeccionamiento: “Análisis y métodos de evaluación de georiesgos y proceso integral de gestión del riesgo”, con duración de cuatro sábados y a tiempo completo.

La actividad ejecuta el Centro de Postgrados y Vinculación de la Universidad Tecnológica Indoamérica dirigido por Alberto Lara; bajo la coordinación de Víctor Hugo Abril, director del Centro de Investigación y Desarrollo de la institución, con el auspicio de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, el Ministerio de Seguridad Interna y Externa y la Defensa Civil del Ecuador. Participan 150 técnicos, profesionales y estudiantes del país.
Esta temática comenzó a desarrollarse a inicios de este Siglo. Los gobiernos de diferentes países, han llegado a la conclusión de que además de atención a la emergencia, haya que desarrollar procesos económicos sostenibles en el tiempo y a su vez reducir la vulnerabilidad, aumentando la capacidad de recuperación de las poblaciones afectadas. Esta es la verdadera esencia de la gestión del riesgo que es, un proceso que tiende inicialmente a identificar la amenaza y vulnerabilidad para definir el escenario de riesgo a cualquier nivel territorial.

Dijo que Ambato tiene antecedentes históricos y registros científicos de que es territorio de alta vulnerabilidad a las amenazas naturales. No podemos olvidar que hace 60 años, fue afectada por un sismo devastador con 6.000 víctimas, como tampoco dejar de considerar la afectación directa debido al proceso eruptivo del volcán Tungurahua, que lleva diez años de actividad y es el escenario ideal para implementar medidas involucradas en un plan de gestión de riesgo, ya sean estas de recuperación como de atención.

En el Siglo XX, esta ciudad, dijo que sufrió 20 inundaciones ocasionadas por el Río Ambato y que son fenómenos naturales de los cuales no hay conciencia en la población de su recurrencia como de su intensidad, por lo que no podemos predecir si alguno de estos eventos puede impactar sobre esta ciudad, ni cuáles serían las consecuencias, basados en la aceleración de los procesos que están originando un cambio climático negativo para la sobrevivencia de la raza humana.

Sin pecar de catastrofistas, cuando uno analiza la evolución biológica y geológica del planeta llegamos a la conclusión de que durante muchísimas épocas que responden a una sospechosa ciclicidad, han desaparecido de la faz de la Tierra especies y civilizaciones, lo que habla por sí sola de eventos de desastres que no podemos controlar, pero sí gestionarlos mediante el conocimiento de la causa que los produce y de la memoria colectiva que lleva a la construcción de costumbres y cultura, anotó.

La gestión del riesgo, bien entendida puede ayudar a la preservación de los recursos naturales para subsistencia de la civilización actual, al adecuado manejo y ordenamiento territorial, y al desarrollo económico sostenible, evitando el conflicto que se produce entre el hombre y la naturaleza.