lunes, 17 de mayo de 2010

INICIO DE MAESTRIAS EN QUITO, discurso rector Saúl Lara.


Ing. Saúl Lara, rector de la Universidad Indoamérica.

El sábado 08 de mayo del 2010 se inauguró las clases de pregrado y a semana seguida las clases de Maestrías, en el nuevo y moderno campus de la Universidad Indoamérica - Extensión Quito, con la presencia de estudiantes, docentes, coordinadores y autoridades de la institución. A continuación reproducimos el discurso del mentalizador y rector, Saúl Lara Paredes:

"De manera singular, quiero expresar mi satisfacción y mis mejores deseos a todos aquellos Maestrantes y estudiantes de pregrado que vienen de la capital y del país.
Estoy particularmente satisfecho por poder acompañarles hoy, en esta ceremonia de apertura de clases en vuestra casa y compartir con una tan amplia representación de las empresas a las que pertenecen y que conforman parte del desarrollo nacional. Estoy plenamente convencido del papel central que corresponde desempeñar a la educación, a la cultura y al saber en la construcción de cualquier futuro justo y compartido.

La riqueza de un país se mide habitualmente, de forma casi exclusiva, por los indicadores económicos; pero se fundamenta en la capacidad y la cultura de sus gentes, y se refleja en las condiciones de vida reales de los ciudadanos. La Educación genera riqueza pero, sobre todo, crea seres libres, autónomos, responsables y solidarios. La Educación expande la igualdad y, por eso mismo, cohesiona y une a las sociedades. Nuestros ilustrados comunes afirmaban que el día en que una generación entera fuera debidamente instruida remontaríamos, de una vez, el atraso y curaríamos los males de nuestras sociedades. Ese día ha llegado ya, o tenemos que hacer que llegue cuanto antes, ante todo, en aquellos lugares donde existen hermanos que aún viven con retraso.

Ninguno de los presentes dudamos tampoco que la inversión en Educación y en
Investigación, junto con el estímulo de la Innovación, la transferencia de conocimientos y el fomento del espíritu emprendedor, son esenciales para establecer un modelo de crecimiento económico equilibrado y duradero; un modelo que permita alcanzar mayores niveles de bienestar y, por supuesto, mayor inclusión social. El conocimiento está en la base del desarrollo integral de nuestros pueblos e invertir en él es la mejor garantía para asegurar el progreso. Es, como se ha reiterado hoy aquí, la mejor inversión para el futuro de Indoamérica. El Encuentro que hoy inauguramos se enmarca en los actos de celebración de los Veinticinco años de esta institución educativa de nivel superior, la Universidad Indoamérica.

Con esta ocasión deseo hacerlos conocer que la semana pasada se felicitó en nombre del Consejo Superior, al personal que les vienen acompañando en la coordinación de las actividades académicas, a los profesores, y personal de administración y servicios. Hoy me corresponde agradecer a ustedes señores estudiantes por ser solidarios en el progreso de esta Universidad. Que la tranquilidad de estar en casa propia les motive mucho más a comprender que la calidad en todos los ámbitos del conocimiento, es la única garantía para llegar a nuestro objetivo, el mismo que es ser una de las cinco mejores universidades, y es responsabilidad de toda la comunidad universitaria. No miro en mí la razón de estar al frente de esta noble y gran institución, si no tuviese el propósito de tener ese hermoso reto, el de llevarle a nuestra Universidad hasta la cima en la cual se sientan más orgullosos de ser Indoamericanos.

Decía Rafael Altamira, ese ilustre americanista que contó con el patrocinio de la Universidad de Oviedo en su primer viaje a América, "que no todo lo antiguo es viejo, y hay mucho viejo en lo moderno". A lo largo de estos veinticinco años, esta universidad en particular, ha sabido desprenderse de lo caduco y progresar; ha sabido mirar hacia el futuro, aprovechando en cada momento las nuevas oportunidades, manteniendo lo mejor de la Historia y preservando las mejores tradiciones universitarias. La plaza que nos acoge, este magnífico campus de la universidad Indoamérica, sus amplias y acogedoras aulas, sus corredores que inspiran respirar academia, su hermosa biblioteca, la tecnología de punta, sus laboratorios, y sus bellas áreas recreativas, son una buena muestra de ello.

Con el impulso de quienes estamos al frente, como es el consejo Superior, sus autoridades, y sus acciones sirven hoy al estudio, la investigación, el desarrollo y la innovación de Indoamérica, de la sociedad capitalina y ecuatoriana; de la humanidad, en definitiva, porque nada está hoy más globalizado que el saber. En cada lugar, por modesto que sea, si se arranca una luz para el conocimiento, se sirve al conjunto de los seres humanos. Como bien conocen, en la asamblea estamos a las puertas de la emisión de una nueva Ley de Educación Superior, llena de expectativas y de nuevas oportunidades; una ley con múltiples matices, que acabará situándonos en la corriente principal y común de los sistemas universitarios del primer mundo, si lo tomamos con ese reto positivo.

Estamos empezando a adaptarnos, que es, ante todo, una oportunidad para mejora de la calidad global de nuestro sistema y debe propiciar los cambios necesarios y positivos en nuestras titulaciones y planes de estudio pero, sobre todo, en las formas y métodos de enseñanza. No se trata, con todo, de una cuestión exclusivamente académica. El Gobierno es plenamente consciente de que estamos ante una transformación que exige la participación activa de toda la comunidad universitaria y de todos los agentes sociales; una transformación que ha de acercar Universidad y sociedad. Una transformación que ha de estrechar la relación entre formación y empleo, y que ha de servir para flexibilizar y multiplicar las oportunidades para el aprendizaje en un contexto, el de la Sociedad del Conocimiento, en el que la formación continua a lo largo de la vida ha adquirido una importancia estratégica.

Estamos en el camino adecuado, esperamos la acreditación por parte del CONEA. Las propuestas que han empezado a formularse en el seno del Consejo Superior, habrán de ser valoradas por el propio Consejo. Después serán sometidas al dictamen de un grupo de expertos externo y se recabará la opinión sobre ellas de los agentes sociales.
Nada está, pues, cerrado ni decidido y el camino será largo. Tenemos la plena voluntad y disponemos de tiempo para escuchar y atender, reflexionar y decidir. Nos guía para recorrer ese camino una concepción integral y no reductivamente utilitaria de la formación y, en particular, del papel de la Universidad; una Universidad atenta a las demandas globales de una sociedad madura, diversa y culta.

Deseo anunciar hoy el compromiso de mi rectoría con la presencia de las Humanidades en todos los niveles de nuestro sistema educativo. La formación investigativa, emprendedora, artística, cultural y la Filosofía, tienen su papel asegurado en nuestra enseñanza universitaria. Estamos en una fase incipiente de la reforma, pero garantizo que, si se producen cambios que afecten a las Humanidades en nuestra Universidad o en cualquier otro nivel educativo, será para realzar su importancia, nunca para reducirla. Ése es mi compromiso y ustedes ya saben que los compromisos me los tomo muy en serio. Los Indoamericanos nos hemos propuesto avanzar juntos por la senda de la libertad, el progreso y la prosperidad, sin dejar atrás a los más débiles y desfavorecidos. Nos proponemos ser una universidad abierta a la cultura y al saber. Queremos ahondar en la democracia y obrar en pro de la Paz, la Justicia y la Solidaridad en el mundo.

Señores estudiantes, esta Universidad a la que representan tienen ante sí la gran responsabilidad de liderar la Sociedad del Conocimiento. El nuevo contexto económico y social exige calidad y pertinencia, respuestas locales y globales. La creciente internacionalización de las instituciones ha dado paso a la emergente creación de macro espacios comunes de educación superior e investigación. De ahí la necesidad de nuestra acción conjunta. La institución a la que represento se ha ganado el reconocimiento social del que hoy goza. Quiero agradecerles el compromiso de los Indoamericanos con la sociedad, con la búsqueda diaria de la verdad, la justicia y la libertad, con el respeto a los derechos humanos y con la tolerancia y la solidaridad.

La historia de vuestra universidad está hecha de fructíferos, a veces dolorosos, caminos de ida y vuelta, unos caminos que hoy se despejan más que nunca y que avanzan en una sola y misma dirección, y es la de ser una las mejores universidades de nuestro país y que traspase fronteras. Les deseo mucho éxito en los trabajos que van a realizar durante su permanencia en este campus. Estoy seguro de que los abordarán con el espíritu crítico que caracteriza a los indoamericanos.

Los temas que se tratarán y las propuestas que surgirán de los debates serán, sin duda, del mayor interés para el futuro de la Universidad y de nuestro país. Indoamérica, no es sin ustedes.

Aventurémonos unidos hacia el futuro y alentados por la pasión por el saber y por la justicia".