El Año Viejo, en el Ecuador, es un monigote que representa al año que termina, elaborado con relleno de aserrín, cartón, papel, engrudo, cinta de embalaje y ropa vieja. El ritual se distingue de la “fiesta del Judas” que, a pesar de tener características similares, también tiene distintas connotaciones y se celebra en algunas regiones de España y de América Latina, al inicio de la semana de pascua o en el domingo de resurrección.
Si bien la tradición de la gente y de los barrios es quemar al Año Viejo el 31 de diciembre, varias entidades públicas y privadas del Ecuador, suelen adelantar un día y a veces hasta una semana, para aprovechar los feriados o las vacaciones de fin de año como ocurre con los planteles educativos de educación básica y las universidades del Ecuador. La Universidad Indoamérica, por ejemplo, adelantó “la quema del Viejo” con una semana de anticipación para acogerse al asueto de fin de año.
Esta vez se quemó al personal del departamento de Bienestar Estudiantil que dirige el Dr. Edwin Valencia Tandazo; además, a la médica general Dra. Pamela Martínez y al odontólogo Dr. Luis Eduardo Velasteguí. El “viejo” fue creado y diseñado por Rolando Espín, de la Unidad de Marketing, y construido por los ingenieros Mario Miranda, Patricio Lara, Jenny León, Renato Garrido y René García, funcionarios de la institución.